La neumonía es una enfermedad del sistema respiratorio
que consiste en la inflamación de los espacios alveolares de los pulmones. La
mayoría de las veces la neumonía es infecciosa, pero no siempre es así. La
neumonía puede afectar a un lóbulo pulmonar completo (neumonía lobular),
a un segmento de lóbulo, a los alvéolos próximos a los bronquios (bronconeumonia)
o al tejido intersticial (neumonía intersticial).
La neumonía hace que el tejido que forma los pulmones se vea enrojecido,
hinchado y se torne doloroso.
lunes, 11 de febrero de 2013
TIPOS DE NEUMONÍAS
Podemos distinguir dos tipos de
neumonía según el lugar y la forma de aparición:
- Neumonía adquirida en la comunidad: es aquella producida por un agente infeccioso fuera del ámbito hospitalario.
- Neumonía nosocomial o intrahospitalaria: cuando aparece en dicho medio, o bien en las 48-72 horas posteriores al alta hospitalaria, y hasta 10 días después de esta. Actualmente tiende a considerarse nosocomial la que se produce en pacientes que están en residencias o centros de cuidados crónicos, en aquellos ingresados en los 90 días previos a la presentación de la enfermedad, o en los que reciben tratamiento domiciliario intravenoso,quimioterapia, o se someten a diálisis, pues la causa de estas neumonías es la misma que origina las intrahospitalarias. Este tipo de neumonías suele tener peor pronóstico debido a que suelen ser resistentes a los tratamientos.
Dentro de las neumonías, existen múltiples síndromes distintos, variando
según el
modo de producirse la infección y el microorganismo causante.
- Mycoplasma pneumoniae.
- Coxiella burnetti (Fiebre Q)
- Chlamidia psittachi (Psitacosis)
- Klebsiella pneumoniae.
- Legionella pneumoniae
EPIDEMIOLOGÍA
NEUMONÍA NOSOCOMIAL: El NNIS (National Nosocomial Infections Surveillance) reporta que las neumonías diagnosticadas con base en la definición de vigilancia del CDC de neumonía nosocomial son aproximadamente 15% de todas las infecciones intrahospitalarias y son la segunda infección nosocomial después de las del tracto urinario (2, 61).
Estudios epidemiológicos más recientes, incluyendo estudios del NNIS, han identificado otros grupos de pacientes de alto riesgo para desarrollar neumonías nosocomiales bacterianas: pacientes con intubación endotraqueal o ventilación mecánica asistida, bajo nivel de conciencia –particularmente aquellos con trauma cerrado de cráneo–, episodios anteriores de aspiración de altos volúmenes, o con enfermedades pulmonares crónicas y pacientes con edad mayor a 70 años.
Otros factores de riesgo incluyen los cambios cada 24 horas de circuitos de ventilación, al caer el invierno, profilaxis de sangrado gastrointestinal de estrés con cimetidina con o sin
antiácidos, administración de antimicrobianos, presencia de sondas nasogástricas, trauma severo y broncoscopia reciente.
ETIOLOGÍA
La neumonía es una enfermedad común que afecta a millones de personas cada año en todo el mundo.
Las neumonías bacterianas tienden a ser las más graves y, en los adultos, son la causa más común de neumonía. La bacteria más común que causa neumonía en adultos es la Streptococcus pneumoniae (neumococo).
Los virus respiratorios son las causas más comunes de neumonía en los niños pequeños, alcanzando su pico máximo entre las edades de 2 y 3 años. En la edad escolar, la bacteria Mycoplasma pneumoniae se vuelve más común.
En algunas personas, particularmente los ancianos y las personas debilitadas, la neumonía bacteriana puede seguir a la influenza o incluso al resfriado común
Muchas personas contraen neumonía mientras permanecen en un hospital a causa de otras afecciones. Este tipo de neumonía tiende a ser más grave dado a que el sistema inmunitario del paciente a menudo está deteriorado debido a la afección que inicialmente requirió tratamiento. Además, hay una mayor posibilidad de infección con las bacterias que son resistentes a los antibióticos.
FISIOPATOLOGÍA
Los enfermos de neumonía infecciosa a menudo presentan una tos que produce un esputo herrumbroso o de color marrón o verde, o flema y una fiebre alta que puede ir acompañada de escalofríos febriles. La disnea también es habitual, al igual que un dolor torácico pleurítico, un dolor agudo o punzante, que aparece o empeora cuando se respira hondo. Los enfermos de neumonía pueden toser sangre, sufrir dolores de cabeza o presentar una piel sudorosa y húmeda. Otros síntomas posibles son cansancio, cianosis, nauseas, vómitos,cambios de humor y dolores articulares o musculares. Las formas menos comunes de neumonía pueden causar otros síntomas, por ejemplo, la neumonía causada por legionella puede causar dolores abdominales y diarrea, mientras que la neumonía provocada por tuberculosis o Pneumocystis puede causar únicamente pérdida de peso y sudores nocturnos. En las personas mayores, la manifestación de la neumonía puede no ser típica. Pueden desarrollar una confusión nueva o más grave, o experimentar desequilibrios, provocando caídas. Los niños con neumonía pueden presentar muchos de los síntomas mencionados, pero en muchos casos simplemente están adormecidos o pierden el apetito.
Los síntomas de la neumonía requieren una evaluación médica inmediata. La exploración física por parte de un asistente sanitario puede revelar fiebre o a veces una temperatura corporal baja, una velocidad de respiración elevada, una presión sanguínea baja, un ritmo cardíaco elevado, o una baja saturación de oxigeno, que es la cantidad de oxígeno en la sangre revelada o bien por pulsioximetría o bien por gasometría arterial. Los enfermos que tienen dificultades para respirar, están confundidos o presentan cianosis (piel azulada) necesitan atención inmediata.
La exploración física de los pulmones puede ser normal, pero a menudo presenta una expansión mermada del tórax en el lado afectado, respiración bronquial auscultada con fonendoscopio (sonidos más ásperos provenientes de las vías respiratorias más grandes, transmitidos a través del pulmón inflamado y consolidado) y estertores perceptibles en el área afectada durante la inspiración. La percusión puede ser apagada sobre el pulmón afectado, pero con una resonancia aumentada y no mermada (lo que la distingue de un embalse pleural). Aunque estos signos son relevantes, resultan insuficientes para diagnosticar o descartar una neumonía; de hecho, en estudios se ha demostrado que dos médicos pueden llegar a diferentes conclusiones sobre el mismo paciente.
DIAGNÓSTICO
- RX DE TÓRAX: Una prueba importante para la neumonía en situaciones poco claras es una radiografía de tórax. Las radiografías de tórax puede revelar áreas de opacidad (visto como blanco) que representan la consolidación. La neumonía no siempre se ve en las radiografías, ya sea porque la enfermedad está en sus etapas iniciales, o porque se trata de una parte del pulmón que no es fácil ver por rayos-x. En algunos casos, la TC de tórax (tomografía computarizada) puede revelar neumonía que no se ve en la radiografía de tórax. Los rayos X pueden ser engañosos, ya que otros problemas, como la cicatrización pulmonar y la insuficiencia cardíaca congestiva, puede imitar la neumonía en la radiografía. Las radiografías de tórax también se utilizan para evaluar las complicaciones de la neumonía.
- CULTIVO DE ESPUTO: Si el médico tiene dudas acerca del diagnóstico, un cultivo de esputo de la persona puede ser solicitada. Cultivos de esputo suelen tener por lo menos dos o tres días, por lo que se utilizan principalmente para confirmar que la infección es sensible a un antibiótico que ya se ha iniciado.
- CONTEO SANGUÍNEO COMPLETO: Un conteo sanguíneo completo puede mostrar un alto conteo de glóbulos blancos, lo que indica la presencia de una infección o inflamación. En algunas personas con problemas del sistema inmune, los glóbulos blancos pueden aparecer engañosamente normales. Los análisis de sangre se pueden utilizar para evaluar la función renal (importante cuando se prescribe ciertos antibióticos) o en busca de sodio en la sangre, la baja de sodio en sangre en la neumonía es debido al incremento de la hormona antidiurética la cual se produce cuando los pulmones están enfermos.
TRATAMIENTO
La mayoría de los casos de neumonía puede ser tratada sin hospitalización. Normalmente, los antibióticos orales, reposo, líquidos, y cuidados en el hogar son suficientes para completar la resolución. Sin embargo, las personas con neumonía que están teniendo dificultad para respirar, las personas con otros problemas médicos, y las personas mayores pueden necesitar un tratamiento más avanzado. Si los síntomas empeoran, la neumonía no mejora con tratamiento en el hogar, o se producen complicaciones, la persona a menudo tiene que ser hospitalizada.
Los antibióticos se utilizan para tratar la neumonía bacteriana. En contraste, los antibióticos no son útiles para la neumonía viral, aunque a veces se utilizan para tratar o prevenir las infecciones bacterianas que pueden ocurrir en los pulmones dañados por una neumonía viral. La elección de tratamiento antibiótico depende de la naturaleza de la neumonía, los microorganismos más comunes que causan neumonía en el área geográfica local, y el estado inmune subyacente y la salud del individuo.
El tratamiento de la neumonía debe estar basada en el conocimiento del microorganismo causal y su sensibilidad a los antibióticos conocidos. Sin embargo, una causa específica para la neumonía se identifica en solo el 50% de las personas, incluso después de una amplia evaluación. En el Reino Unido, amoxicilina y claritromicina o eritromicina son los antibióticos seleccionados para la mayoría de los pacientes con neumonía adquirida en la comunidad; a los pacientes alérgicos a penicilinas se les administra la eritromicina en vez de amoxicilina. En América del Norte, donde la «atípica» formas de neumonía adquirida en la comunidad son cada vez más común, azitromicina, claritromicina, y las fluoroquinolonas han desplazado a amoxicilina como tratamiento de primera línea. La duración del tratamiento ha sido tradicionalmente de siete a diez días, pero cada vez hay más pruebas de que los cursos más cortos (tan corto como tres días) son suficientes.
Entre los antibióticos para la Neumonía adquirida en el hospital se pueden incluir la vancomicina, tercera y cuarta generación de cefalosporinas, carbapenemas, fluoroquinolonas y aminoglucósidos. Estos antibióticos se suelen administrar por vía intravenosa. Múltiples antibióticos pueden ser administrados en combinación, en un intento de tratar todos los posibles microorganismos causales. La elección de antibióticos varía de un hospital a otro, debido a las diferencias regionales en los microorganismos más probables, y debido a las diferencias en la capacidad de los microorganismos a resistir a diversos tratamientos antibióticos.
Las personas que tienen dificultad para respirar debido a la neumonía puede requerir oxígeno extra. Individuos extremadamente enfermos pueden requerir de cuidados intensivos de tratamiento, a menudo incluyendo intubación y ventilación artificial.
La neumonía viral causada por la influenza A pueden ser tratados con amantadina o rimantadina, mientras que la neumonía viral causada por la influenza A o B puede ser tratado con oseltamivir o zanamivir. Estos tratamientos son beneficiosos sólo si se inició un plazo de 48 horas de la aparición de los síntomas. Muchas cepas de influenza A H5N1, también conocida como influenza aviar o «gripe aviar», han mostrado resistencia a la amantadina y la rimantadina. No se conocen tratamientos eficaces para las neumonías viral causada por el coronavirus del SRAS, adenovirus, el hantavirus, o parainfluenza virus.
Subtipo histológico | Frecuencia (%) | Antibiótico | ||
---|---|---|---|---|
Streptococcus pneumoniae | 31.1 | En adultos sanos:
Comorbilidades:
| ||
Staphylococcus aureus | 0.4 | Oxacilina o | ||
Moraxella catarrhalis | 0.4 | Cefuroxima o | ||
Streptococcus pyogenes | 0.4 | Clindamicina o | ||
Neisseria meningitidis | 0.4 | Penicilina G o
Ceftriaxone o
Cefotaxima o Ceftriaxone o Cloranfenicol o Ciprofloxacino o Rifampina o Eritromicina o | ||
Klebsiella pneumoniae | 0.4 | Cefotaxima o | ||
Haemophilus influenzae | 0.4 | * Azitromicina o | ||
CUIDADOS DE ENFERMERÍA
- El control terapéutico de la neumonía involucra un programa completo de tratamiento a base de antibióticos prescritos.
- La oxigenoterapia se emplea para tratar la hipoxemia ( disminución anormal de la presion parcial de oxigeno en sangre arterial)
- Los tratamientos de terapia respiratoria con percusión torácica y drenaje postural contribuyen a la eliminación del exudado supurativo. Cada 2 horas el paciente deberá darse la vuelta, toser y respirar profundamente, este procedimiento es de suma importancia para pacientes ancianos inmovilizados o de movilidad limitada.
- La cabecera de la cama se eleva para contribuir a la ventilación y se pueden prescribir broncodilatadores.
- Aseo de las vías respiratorias, si es necesario realizar irrigaciones nasales con solución salina.
- Procurar un ambiente húmedo.
- Dieta blanda e incrementar la ingestión de líquidos.
- Control de la temperatura.
- Desarrollar programas de Educación para la Salud.
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